Česká Republika (y II)

Nuestro siguiente destino era České Budějovice… pero hicimos una parada obligada: Plzeň (Pilsen). Había que visitar (sí o sí) una de las grandes cerveceras checas, la Pilsner Urquell (Plzeňský Prazdroj), donde se creó el estilo de cerveza Pilsen. Lo mejor de la visita es que, después del recorrido por la planta de producción, te llevan a los sótanos dónde se producía la cerveza a mediados del siglo XIX… ¡y acabar con un vaso de cerveza sin pasteurizar ni filtrar!. Si leéis alguna guía os aconsejará llevar alguna prenda de abrigo, porque el ambiente bajo tierra es fresquito y muy húmedo: hacedles caso.

Era mediodía y nos dirigimos a U Mansfelda, restaurante que se encuentra al lado de la céntrica Plaza de la República (Náměstí Republiky), que habíamos leído que estaba bien; y sí, la ensalada con la que empecé la comida estaba rica y el appelstrudel del postre también, pero el gulash de jabalí que me zampé estaba tremendamente tremendo.

Tras la parada en Pilsen, seguimos hasta České Budějovice; era tarde y callejeando vimos el Minipivobar Krajinska 27, un local con decoración modernita en el que comimos algunos platillos y bebí dos de sus cervezas: Ipa Brevnov y Polotmavy lezak Brevnov.

La siguiente ciudad en nuestra ruta era Brno, pero tuvimos tiempo de parar en la cervecería de Regent, en Třeboň. Acompañamos a salchichas y “krokety” con Bohemia Regent pale, Bohemia Regent Prezident y Bohemia Regent řezané. Aunque lo que más me sorprendió fue una de las bebidas no alcohólicas que produce Regent… la Regent Cola. Sabor raruno, gas inexistente…una delicia, vamos.

Nos repusimos esa misma noche en Brno, más concretamente en el Hotel Pivovar Pegas; hotel, restaurante, cervecería… y entre sus cervezas, la Pegas English IPA.

Volvimos a la carretera y, aunque nuestro destino era Kutná Hora, hicimos (una vez más) un alto en el camino para visitar Olomouc. Ciudad que está bien para dar un paseico… y pasarse por el Svatováclavský Pivovar: brew restaurant en el que bebi algunas de sus cervezas St.Wenceslas, Hede-Weizen y Tmavé pivo pana Bruna. Con ésta última (negra) comí un plato delicioso, lomo de cerdo a la cerveza con judías verdes y tocino. Brutal.

La última ciudad que visitamos fue Kutná Hora, ciudad de pasado esplendoroso (explotación de minas de plata en la Edad Media) que conserva numerosos edificios interesantes; aunque el que más me sorprendió fue la Catedral de Santa Bárbara. Impresionante edificio gótico que recomiendo visitar de noche, iluminado.

Cenamos en un restaurante italiano, Piazza Navona: ricas pizzas (acompañadas de una Bakalar oscura) y un tiramisú muy, muy bueno.

Volvimos a Praga habiendo disfrutado de una gran semana.

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